A día de hoy, existen muchas formas de combatir las frías temperaturas del invierno. Todas ellas dan excelentes resultados. A continuación, hacemos un breve repaso a las principales.

Cerramientos de cristal

Una solución muy eficaz siempre que el material de partida, sea de primera calidad, como el que proporciona Acurglass. La cortina de cristal es un panel de vidrio abatible o corredero, dependiendo del modelo que se escoja que nos permite disfrutar de un espacio extra y mejorar la visibilidad de un cerramiento de aluminio al carecer de perfiles verticales.

Entre las múltiples ventajas de esta elegante opción, pueden citarse las siguientes: su gran versatilidad o multidisposición pues las hojas pueden hacer hasta tres combinaciones diferentes, que se adaptan a la climatología década época del año, dando lugar con ello a una terraza absolutamente cerrada, a una completamente abierta o a otra con aperturas puntuales que permitan una cierta ventilación, la facilidad con la que puede llevarse a cabo su limpieza en gran medida conseguida gracias al modo en que se recogen las obras, posibilidad de aislamiento de condiciones externas poco favorables o directamente perjudiciales polución, lluvia, viento, ruido… o una mayor optimización de cada espacio de la vivienda.

También podrían citarse otras virtudes como su admirable capacidad de adaptación estética pues, al tener un aspecto invisible, no desentona con ningún diseño, su efectividad a la hora de reforzar la seguridad del inmueble al fin y al cabo, es un obstáculo adicional para la entrada de posibles ladrones, añade un valor económicamente cuantificable a la vivienda, disminuye el consumo de energía al climatizar la casa de una manera natural, tanto en verano como en invierno o que puede personalizarse cada uno de sus componentes como los colores, el tamaño que el vidrio ha de tener…

Estufas de exterior

Otra solución muy atractiva de cara a mantener una temperatura agradable en nuestra terraza, durante los días más fríos del año, es la que viene representada por este tipo de calefacción, que puede ser de acero común para entornos secos y de acero inoxidable (para entornos con mayor grado de humedad.

A modo de resumen, puede señalarse que existen dos modelos básicos: las de electricidad que dependen de una conexión eléctrica. Su potencia se expresa en Vatios y su tecnología de calefacción es infrarroja o por irradiación del calor o de gas el calor es producido por un quemador y difundido gracias a un reflector. Con utilización de propano en exteriores; su instalación necesita un tubo y un regulador que se encuentren conectados a la bombona de gas.

Respecto a las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos modelos, en el primer caso dependen de una alimentación eléctrica, es decir, es necesario conectarla a un enchufe, lo que implica una exhaustiva labor de planificación, para que el cable no provoque una caída y quede de la manera más estética posible, es más cara que su rival aunque, dicho sea de paso, se puede utilizar en el interior, pues no emana gases ni olores y presenta un menor porcentaje de riesgo y es más ligera se manipula con mayor facilidad, un aspecto que siempre conviene tener en cuenta. En el segundo caso, comentar que su poder calorífico es muy alto siendo especialmente recomendable para colocarla en el exterior, con un rendimiento superior al de su competidora eléctrica, además de tener una autonomía limitada, aunque es más pesada solo la botella de propano suele pesar alrededor de trece kilogramos y presenta una manipulación más difícil.

Asimismo, es conveniente recordar que todas las estufas deben cumplir la normativa vigente de hecho, en muchos casos, llegan a prohibirse en entornos cerrados, especialmente si no existe una adecuada y regular ventilación que evite la acumulación nociva de gases, por lo que hay que supervisar que cada ejemplar tenga marcado CE, UNE o un certificado de calidad reconocido. Por otro lado, como en todo sistema de calefacción, debe dejarse un espacio de seguridad en torno a la fuente de calor 50cm como mínimo debajo del reflector y 60cm en torno a ella; la parte superior, el quemador o la resistencia,  deben ser colocada a 2 metros del suelo. Además, se debe atender a las sugerencias del fabricante.

Por último, mencionar que, a la hora de elegir una estufa, se debe tener en cuenta la fuente de energía, electricidad o gas, la potencia, el tamaño del espacio concreto que se quiera calentar, así como el material según la zona de residencia y su uso. Además, en la estufa eléctrica, hay que prestar atención a la ubicación preferiblemente, fijada al suelo y evitar su exposición a corrientes de viento. En cuanto a las de gas, debe tenerse cuidado con cualquier aspecto relativo a los dos tipos de gas predominantes butano y propano.