Cuando realizamos obras o reformas en nuestra vivienda, lo último que queremos es causar molestias a nuestros vecinos. Pero es inevitable que el ruido, el polvo, el olor u otros factores que van unidos a este tipo de trabajos puedan causar el disgusto de nuestros vecinos.

Establezcamos una buena relación ya desde el principio

Antes de comenzar las obras, es aconsejable acudir a los vecinos y ser conscientes de qué trabajos se van a realizar y qué molestias pueden ocasionar, para que puedan prepararse. Así evitaremos posibles problemas al final de la obra y malos rollos con los vecinos y con nosotros mismos. Respeta los horarios y sobre todo los tiempos de descanso, especialmente los fines de semana y festivos; están estrechamente relacionados con el comportamiento social que todos debemos mantener.

Disculpándote por las molestias

Si es necesario, escribe una carta disculpándote por las molestias ocasionadas. Esta carta debe explicar los motivos de las obras y las medidas de compensación que se tomarán, así como la duración prevista. Del mismo modo, es necesario solicitar el permiso correspondiente en el ayuntamiento, que deberá hacerse visible en un lugar visible del domicilio y en una puerta de la vivienda o de la comunidad.

Mantén informados a los vecinos

Es necesario informar a la comunidad de vecinos sobre qué obras se van a realizar, especificando detalles como duración, horario, tipo de obra, etc. También es importante mantenerles siempre informados de cualquier cambio y hacerles partícipes del proceso de construcción.

Para cumplir con la normativa legal pertinente, también es necesario facilitar información sobre estas obras a las autoridades competentes, principalmente si se trata de obras de reforma o ampliación de la construcción.

Una vez finalizadas las obras, lo mejor es planificar una última visita a los vecinos para asegurarse de que todo va bien y evitar posibles disputas.

Tratos con molestias

En caso de molestias graves causadas por las obras del vecino, se debe advertir al propietario o inquilino y pedirle que solucione el problema. Con ello evitamos que esas molestias se agraven y alguien emprenda acciones legales contra ellos.

Además, es importante recordar que el vecino tiene derecho a quejarse de las molestias causadas por la construcción o reparación en su vivienda, por lo que hay que tener cuidado.

En el caso de molestias menores, lo mejor es tratar de encontrar una solución compartida entre ambas partes. Una actitud diplomática es esencial para mantener buenas relaciones con los vecinos y evitar más problemas en el futuro.

Ten en cuenta que la normativa que regula las molestias no sólo es aplicable al interior de la vivienda, sino también al exterior, incluida la calle y la zona fuera de la casa. Si existe una ordenanza de limitación de ruidos en el ayuntamiento, asegúrate de que se cumple correctamente.

Por último, para resolver las disputas entre vecinos, puede ser necesario acudir a la Justicia como último recurso. Es importante que las partes afectadas se asesoren con abogados especializados en estos casos para asegurarse de que se toma la decisión más conveniente y justa para todos.

Conclusión

Contar con el apoyo y la colaboración de los vecinos es fundamental para llevar a cabo cualquier tipo de obra, reparación o reforma en nuestra vivienda. A pesar de ello, es posible que en algún momento se generen molestias a nuestros vecinos de las que seamos responsables.

Por ello, es fundamental mantener una buena relación con los vecinos para evitar posibles conflictos y respetar en todo momento sus derechos, informándoles puntualmente de cualquier obra, reparación o reforma que pensemos realizar en nuestra vivienda y disculpándonos sinceramente por las molestias ocasionadas.